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TIMOTEO CAPÍTULO 4

Predicción de la apostasía, 1 Ti 4:1-16

4:1-5 “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado”.


El apóstol Pablo escribe con respecto al tema de los falsos maestros. Dejando, en claro que la aparición de estos hombres no debería tomarlos por sorpresa ya que el Espíritu lo estaba advirtiendo. También indica que el fundamento de esta enseñanza proviene de Satanás y da ejemplos específicos de los errores y explica por qué son equivocaciones.

La palabra apóstata viene del término griego afístemi, que significa remover, instigar a la revuelta, desistir, desertar y apartar. La apostasía es la rebelión o abandono de la fe; es pasar a un estado de incredulidad.

Los herejes de Éfeso estaban propagando una herejía que tenía consecuencias muy definidas en la vida práctica. Estos heresiarcas eran gnósticos; y la esencia del gnosticismo era que el espíritu es totalmente bueno y la materia totalmente mala. Una de las consecuencias era que se predicara que todo lo que tuviera que ver con el cuerpo era malo, y todo lo del mundo era indigno. En Éfeso esto desembocó en dos errores definidos. Los herejes insistían que las personas debían, hasta donde fuera posible, abstenerse de comer, porque la comida era material y por tanto mala; los alimentos servían al cuerpo, y el cuerpo era malo. También insistían en que había que abstenerse del matrimonio, porque los instintos del cuerpo eran perversos y por tanto debían reprimirse.

La frase el Espíritu dice claramente… puede referirse a las profecías del Antiguo Testamento, de las que Pablo era receptor por la inspiración directa del Espíritu Santo, (Hechos 20:33). Y también a los mensajes inspirados de otros líderes del momento ungidos con dones proféticos (Hechos 21:11).

Pablo, al igual que los profetas veterotestamentarios, se movía bajo “la ley de la doble referencia”, que quiere decir, referirse a los asuntos del momento y también a los tiempos venideros, antes de la segunda venida del Señor. En el Nuevo Testamento en general, se procede de la misma forma: se habla de los últimos días o los días finales (como lo hicieron los profetas del Antiguo Testamento), en relación con las crisis del momento, y al mismo tiempo con una proyección escatológica. Al hablar de postreros, de lo que viene después, de lo último, Pablo les enseñaba que poco después de su partida, entrarían en medio de la iglesia lobos rapaces que no perdonarían al rebaño. En el Nuevo Testamento la iglesia apóstata está relacionada con grupos, más bien que con una sola persona. Pablo declara que “el día del Señor” no vendrá sin que antes venga la apostasía, y que tristemente, algunos apostatarán de la fe.

Los deberes pastorales de Timoteo son presentados en contraste radical con las actividades de los falsos maestros, designados con calificativos tales, como espíritus engañadores y doctrinas de demonios, impostores que tienen la conciencia marcada a fuego, como delincuentes o esclavos fugitivos. La percepción que tenían las primeras comunidades de estar viviendo el final de los tiempos, hace que el autor vea en esos individuos una imagen de los promotores de la apostasía, que surgirá antes de la venida definitiva del Señor y que el mismo Jesús había ya profetizado: “Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos” (Mateo 24:11).

Por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, aquí se revela la clase de hombres que serán estos maestros. A temprana edad la conciencia del ser humano es tierna, pero con el tiempo se vuelve insensible y sin escrúpulos. Es por eso que tales mentirosos llegan a perseguir a los cristianos aunque en sus vidas diarias vean amor y rectitud. Esos individuos abandonan la fe, son hipócritas, mienten, establecen malas doctrinas y engañan a muchos.

Entre las doctrinas perniciosas, el autor cita la prohibición del matrimonio y las reglas alimenticias extremas, aludiendo, quizás, al dualismo entre cuerpo y espíritu y al desprecio por la materia, típicos del gnosticismo, sistema filosófico religioso sincretista de entonces, que llegaba a aberraciones tales como considerar y prohibir a sus iniciados, la unión sexual por ser intrínsecamente mala, olvidando el texto que se menciona en el siguiente párrafo .

Prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó, se mencionan dos ejemplos de esas doctrinas de demonios: la prohibición del casamiento y la abstención de ciertos alimentos. Prohíben casarse a pesar de que Dios estableció el matrimonio “Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis. 2:22–24).

La palabra dicha por Pablo se cumplió muy pronto, pues el celibato para los clérigos en la iglesia romana fue ordenado por Sincio, que fue elegido papa en el año 385. León el Grande confirmó el decreto en el siglo V y mandó que los subdiáconos se sometieran también a éste. Posteriormente, varios sínodos lo aprobaron, continuando esta práctica hasta la fecha. Estas consecuencias son contrarias a la piedad. La Biblia, con sus disposiciones, quedó también a un lado muy pronto, olvidando que la Palabra enseña que el matrimonio es honroso y que a los apóstoles les era permitido tener su propia esposa (1 Co 9:5), lo mismo que a los pastores, obispos y diáconos (1 Ti 3:2, 4, 12). La Biblia también enseña que cada uno debe tener su propia mujer por causa de las fornicaciones (1 Co 7:2, 8,9; 11:11). Aunque Pablo habla en favor de la soltería y la vida célibe, en ningún momento las presenta como obligación en lugar del matrimonio.

Estos espíritus engañadores también mandarán abstenerse de los alimentos que Dios creó. En algunas denominaciones existen prohibiciones de comer carne, sin que haya fundamento para ello. La creación de Dios incluye una gran variedad de alimentos con diferentes olores y sabores, para deleite del paladar y beneficio de la salud física. Pablo escribe que Dios creó los alimentos para los creyentes, esto despierta un sentimiento de privilegio. De diversas maneras Dios revela en su Palabra el trato especial que tiene para con sus hijos, pero también hace sentir la responsabilidad para con Aquel que ha mostrado su amor especial. Se deben tomar los alimentos con acción de gracias, pues el que ha conocido la verdad, sabe que Dios es autor de todo lo que existe, que lo hizo para su pueblo, y que existe la capacidad de dar gracias a Dios por sus bondades.

Porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado, los alimentos también se santifican por la oración. Jesucristo con oración bendijo los alimentos (Mt 14:19), y Pablo dio gracias a Dios por ellos (Hch 27:35). La oración pública de acción de gracias es una excelente oportunidad para dar honor a Dios como el dador de todas las cosas (1 Co 10:31).

Para Meditar

El Espíritu Santo guía a los creyentes a través de la Palabra, brinda la iluminación para entender las Escrituras cuando se escudriñan con humildad y diligencia. El Espíritu fue enviado para ayudar y guiar a la verdad. Cuando se deja filtrar entre los creyentes a los herejes, contagian como gangrena y la iglesia comienza a llenarse de pseudocristianos, que llegan a cambiar el culto cristiano totalmente. Las falsas doctrinas son numerosas y pueden alejar a los cristianos de Dios, de la verdad y de la piedad.

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