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Apocalípsis

La certeza de la fe, 1 Juan 5:13-21

1 Juan 5:13-15 “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. 14 Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. 15 Y si sabemos que Él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”


El apóstol Juan marca la pauta de a quienes ha escrito esta carta al decir “a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios”, esto da por confirmado que no es un tratado evangelístico del apóstol para todo lector, sino más bien una carta dirigida a los creyentes que han creído en Jesucristo y son llamados cristianos y que tienen a su favor la mayor de las certezas que un ser humano puede recibir, “para que sepáis que tenéis vida eterna”. Nótese que se afirma en tiempo presente: tenéis vida eterna, no dice tendrán vida eterna, en tiempo futuro.

Para Meditar

Por otra parte se observa un gran contraste con la gente sin Cristo, que no tiene ninguna seguridad sobre su vida futura. Creen en Dios, pero no han entrado en una perfecta relación con su Hijo Jesús, reconociéndolo como su Salvador y Señor, habiendo dado los dos pasos que se requieren:

  • Arrepentimiento. La persona siente remordimiento por todos los pecados que ha cometido (no se queda solo en remordimiento) y por la obra del Espíritu Santo los confiesa a Dios (Hechos 11:18).
  • Fe. Esta es la fe salvadora, que abarca el intelecto, las emociones y la voluntad. No es la fe que mencionan las personas cuando dicen: “Hay que tener fe” o “lo importante es tener fe”. Es la fe que lleva a reconocer a Jesús como el Cordero de Dios, que pagó con su muerte el precio que merecían los pecados del hombre arrepentido, y le alcanzó eterna redención.


…si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad. Se conoce la voluntad de Dios en muchos casos porque se revela en la Biblia. En otras ocasiones se aclara sólo cuando se busca con devoción. Una vez que se conoce su voluntad acerca de cualquier asunto, se puede pedir con confianza y fe. Cuando los creyentes actúan así, tienen la certeza de que Él los oye y que se realizará el plan de Dios para ellos. Debe recordarse lo dicho en 3:22, en donde se recalca que se deben guardar Sus mandamientos y “hacer las cosas que son agradables delante de Él”. Obedecer, amar y agradar a Dios ( Mt 6:15; Mr 11:25; Jn 8:29; 2 Co 5:9;Ef 5:10; Heb 13:21; Stg 5:16 ) son condiciones indispensables para recibir lo que se pide en oración. (conceptos en la B. de Est.Pent. Pgs 1833-35)


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