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Estas palabras escatológicas que son frecuentes en el Nuevo Testamento, alimentaban la esperanza de los hermanos de Corinto y siguen alimentando la nuestra. ¡En cuántos desafíos y posters convocando a convenciones o cerrando declaraciones, han aparecido!
El apóstol utilizó cuatro imperativos prácticos, en el que cada creyente debería actuar con firmeza: velad, estad, portaos y esforzaos. Características de los que militan, de los que pelean la buena batalla. No descansando en que el pastor o los líderes velan, sino que esa actitud la mantiene todo el cuerpo, todo el ejército. Es pasar momentos en oración cuidando la vida espiritual, predicando salvación a tiempo y fuera de tiempo. La Biblia en Lenguaje Actual (TLA) traduce la expresión: ”sean fuertes y valientes, ante cualesquier adversidad. Muy semejante a la exhortación que Dios le hizo a Josué, el sucesor de Moisés (Jos 1:6-9): “Mira que te mando que te esfuerces y seas muy valiente”.
Estar atentos y despiertos para que ninguna hueste enemiga pudiera tomar la fortaleza. Cada centinela listo en su lugar, sin moverse cuidando su vida y la de su pueblo. Firmes con una fe inquebrantable, que los soldados romanos con sus castigos no pudieron exterminar, ni los judaízantes con sus ideas erróneas pudieron tergiversar sus convicciones.
Todas vuestras cosas sean hechas con amor. El trabajo en la obra de Dios debe ser hecho con gratitud, con respeto, con reverencia, con honor. Si a los monarcas o gobernantes se les presentan las mejores cosas, lo más excelente. A Dios que dio a su hijo amado para lograr estabilidad espiritual, emocional y física en hombre se le debe ofrecer lo mejor, los sabios de oriente le llevaron los mejores presentes a Jesús, el cristiano debe dar a Dios lo mejor que puede cada día y cambiar vida y conducta a la imagen de su hacedor.
Si así lo hubieran hecho, tal vez no les habría escrito en su segunda carta:
“Delante de Dios en Cristo hablamos; y todo, muy amados, para vuestra edificación. 20Pues me temo que cuando llegue, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado de vosotros cual no queréis; que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes; 21que cuando vuelva, me humille Dios entre vosotros, y quizá tenga que llorar por muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y lascivia que han cometido”. 2 Corintios 12:20
