LBC Menú
Capítulos:
Pablo aclara que Dios no es el culpable de que el pueblo de Israel no alcanzará la salvación por gracia. En las Escrituras se denotan dos caminos por los que la salvación llegaría a los gentiles:
1. Que Israel alcanzara la gracia de Dios por la fe y se convirtiera en un reino de sacerdotes por medio de la cual vinera salvación a todo el mundo (Éx 19:6).
2. Que la incredulidad del pueblo de Israel hiciera que Dios levantara otra “nación” líder, de entre los creyentes de Jesús (tanto judíos como gentiles 1 P 2:9).
Por lo tanto, aunque Dios desechó a Israel para que tuviera el liderazgo espiritual del mundo, no le apartó de su corazón, ni dejará de cumplir lo que de ellos ha dicho. Pablo aclara que el papel que Israel ha tenido en el escenario espiritual ha sido muy importante, que aún su defección, es decir, su deslealtad, fue para beneficio del mundo, y enfatiza: ¿cuánto más su plena restauración? Porque cuando Israel finalmente crea y acepte a Jesús como el Mesías, entonces las profecías respecto a esta nación, serán cumplidas.
Dios, a fin de cumplir su voluntad y debido al fracaso de Israel, detiene el reloj profético de su trato con el pueblo judío, para dar lugar a los tiempos de los gentiles (Lc 21:24; Ro 11:25). Cumplidos estos, todas las profecías respecto a Israel se consumarán. El apóstol dice que la “salvación de los gentiles” provocaría celos en el pueblo judío.