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Deberes cristianos, 12:1-21

Romanos 12:11-13
“En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; 12gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; 13compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad”


Estas son características o muestras de que el amor divino mora en cada creyente, porque muestra disposición para resolver con rapidez e interés lo que deba hacerse, Efesios 4:28 insta a trabajar para tener que compartir con el que padece necesidad. El libro de Proverbios ahonda sobre la pereza y presenta la ilustración de las hormigas, como animales diligentes que proveen del alimento y cuidado para todo el hormiguero.(Pr 6:6-9)

Además de diligentes los creyentes deben mostrar entusiasmo y “ser fervientes en espíritu” , y también prestar sus servicios en la obra del Señor.

¿Cómo debe ser el comportamiento del verdadero creyente?

“Gozosos en la esperanza”. El Dios de esperanza llena los corazones de gozo y paz. “Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya fruto, aunque falte el producto del olivo.  Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación” Habacuc 3:17,18. El profeta con esa certeza detallaba la actitud que debe mostrar el creyente en las circunstancias más adversas por las que se pase. El pueblo judío ha dado muestras siglo tras siglo de superar situaciones de escasez y sufrimiento. Los cristianos no hemos de ser menos y decir como ellos:  con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación”

Sufridos en la tribulación. Un fruto del Espíritu Santo que ayuda y fortalece en los momentos de tribulación es la paciencia. El salmista David acertadamente decía “aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno porque tu estarás conmigo, tu vara y tu cayado me infundirán aliento”. Salmo 23:4

El gozo de la esperanza va de la mano con las luchas que se pueden enfrentar en el caminar del creyente. Siempre resaltará la seguridad que Dios está a su lado para sostenerlo.

El apóstol Santiago toma el ejemplo de aflicción y paciencia que mostraron los profetas y también menciona el caso de Job y como soportó la prueba (Santiago 5:10,11)

Constantes en la oración. Hablar de constante es referirse a estar en comunión con Dios en todo momento. Cuando Jacob se quedó solo esa noche, luchó con un varón hasta que rayaba el alba, no le soltó hasta que recibió la bendición (Gn 32:24-26); el creyente debe orar hasta conseguir la bendición de Dios.

El salmista expresa gozoso: “tarde, mañana y mediodía oraré y clamaré a Dios” (Salmo 55:16,17). Orando en todo momento con súplica, intercediendo por otros.

“practicando la hospitalidad”. El amor que mora en el creyente se hace muy visible cuando se tiene. Dice un dicho popular “el amor y el dinero no se pueden esconder”. El creyente que tiene a Cristo en su corazón comparte con los necesitados en la fe y con su familia y es también hospitalario. La iglesia primitiva se caracterizó por poseer estas cualidades, el apóstol Pablo en sus viajes misioneros fue hospedado por los hermanos en la fe, en cada sitio que recorría buscaba a los hermanos, quienes se encargaban de darle alojamiento y alimento. Aquila y Priscila lo hospedaron por meses, para que tuviera tiempo de escribir varias de sus epístolas.

También el profeta Eliseo fue hospedado por una mujer de Sunem (2 Reyes 4:8-11). Como se cita mucho, el Señor Jesús también era recibido con júbilo por sus amigos María, Martha y Lázaro, y es muy posible que hizo de la casa de Pedro su cuartel general en Capernaum.

Para Meditar:

con las complicaciones de la vida moderna, la hospitalidad mostrada en la antigüedad ha ido quedando en el pasado. Sabiamente se debe seguir practicando sobre todo con la familia y los hermanos en la fe; no solo dando ayuda económica, sino prestando o acomodando en ocasiones especiales el espacio donde se mora. “No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”. Hebreos 13:2 La hospitalidad en una cualidad cristiana que se debe ofrecer cuando se puede, pues ofrece un lugar seguro al hermano que lo necesita.



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