LBC Menú
Capítulos:
Pablo sanciona las buenas intenciones y capacidades que los hermanos de Roma tienen al estar llenos de bondad y de conocimiento para que recíprocamente sean amonestados los unos a los otros.
existe una tendencia entre los cristianos de cierta edad y de años en los caminos del Señor, de amonestar a otros creyentes más nuevos o “débiles en la fe” o con ciertas fallas manifiestas. Esto puede tener mayores efectos si se recuerda lo que el apóstol escribe a los romanos: “estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros”. Si estáis, hacedlo.
Además, les asegura a los hermanos, con cierto atrevimiento, que él es un ministro a los gentiles por la pura gracia de Jesucristo, a fin de que los gentiles se conviertan en una ofrenda agradable a Dios, obrando en ellos el Espíritu de Dios para llevar una vida santa. Todo lo que Pablo ha logrado por la gracia de Dios, ha sido presentado como una ofrenda agradable al Señor. (Rom 12:1)
Pablo se gloría en su servicio evangélico que no lo señala a él como la fuente de la bendición, sino a Cristo. Como les dice en otro pasaje a los corintios: “Porque ¿quién te distingue? ¿o que tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como sino lo hubieras recibido?” (1 Co 4:7). Y en aquel otro texto donde añade: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todo ellos, pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.” (1 Co 15:10, Ro 15:17)