ROMANOS CAPÍTULO 2
El justo juicio de Dios: Romanos 2:1-16

Continuando con la línea de pensamiento del capítulo anterior, Pablo introduce el elemento explicativo: “Por lo cual…”, mismo que usa como conector para seguir el discurso del capítulo.

1. Así pues, toda la narrativa del capítulo que precede, Pablo lo relaciona con el tipo de hombre que, no importando su condición es totalmente inexcusable, en otras palabras, es indefendible, si entra en la dinámica de juzgar.

Luego, ¿cuál es el resultado de este juicio? Pues el mismo que se espera de la otra persona: “se condena a sí mismo”, o sea hay una auto condena en el juicio hecho a otra persona. Más aun, cuando Pablo dice: “porque tú que juzgas haces lo mismo”, está usando el mismo verbo del último párrafo del capítulo

2: πράσσω (prásso): desempeñar algo repetida o habitualmente. Poniendo énfasis en la temeridad de un juicio a priori, sin dejar la contundencia de su enseñanza en contra del pecado, que se paracticaba ya en el primer siglo por la sociedad romana. Lo cual describe en el primer capítulo de este libro de forma gráfica y contundente.