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Esta ira de Dios se caracteriza como una pasión violenta y un aborrecimiento justificable que implica un castigo, pues no es cosa menor. Y esta ira de Dios se revela (ἀποκαλύπτω apokalúpto), se descubre o se manifiesta desde el cielo o sea desde la morada de Dios, contra toda perversidad, impiedad, injusticia maldad y agravio, porque el creador de todas las cosas está atento a toda actividad humana, escudriñando los corazones de los hombres.
“las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo”. Este texto de Romanos es una declaración sobre los atributos de Dios: “Su eterno poder”, dicho en términos teológicos es su Omnipotencia. El cual junto a su Omnisciencia, Omnipresencia, Existencia propia, Inmutabilidad, Eternidad y Soberanía, constituyen los atributos únicos o exclusivos de la bendita Deidad.
Estos atributos propios del eterno Dios, el hombre los ha percibido siempre en la creación de todo lo que existe a su alrededor. Lo que da origen a que la teología especifique las 3 formas como Dios se ha revelado:
• Por una revelación general, encontrada en “los cielos y la tierra”
• Por una revelación especial, a través de las Sagradas Escrituras.
• Por la revelación única, a través de su hijo Jesús.
Muchas personas que han llegado a ser creyentes a través de los siglos y en el tiempo presente, son ejemplo de cómo la revelación general o natural, les ha llevado al Señor. Las iglesias escuchan cada semana los testimonios de quienes se han convertido cuando Dios les habló por medios insólitos. La Biblia narra el caso del eunuco etíope y de Cornelio el centurión romano (Hechos 8:26-39; 10:1-48) en donde Dios proporcionó medios increíbles para que vinieran a su conocimiento. Pablo en su discurso en Atenas, recuerda de que el Señor no está lejos (Hch 17:27)