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¿Quién estorbó a Pablo? En estos versículos hace la anotación: “pero hasta ahora he sido estorbado…”. El idioma original da la idea de “detener, impedir, prohibir o refrenar”, ¿sería el mismo Espíritu Santo que le impidió ir a Asia a predicar la palabra de Dios y luego le abrió puerta para Macedonia? En realidad, el texto no sugiere una respuesta certera, lo que si es cierto es la intencionalidad de Pablo de ser siempre de bendición a la iglesia, el ministerio de este apóstol siempre fue intencional. Invariablemente había en él, ese rasgo de compartir, de dar y de edificar. Por eso les dice a sus oyentes primigenios que su ministerio no tiene cortapisas, ni raciales ni intelectuales.
Se puede entender que su trabajo era universal, abarcaba a todo tipo de raza y de estatus social, lo cual por supuesto incluía a los romanos. Cuando Pablo acepta que es deudor para con todos para predicar el evangelio, se está asumiendo – de acuerdo al idioma original-, como un delincuente, moralmente transgresor contra Dios, una persona culpable y un sujeto obligado para tal tarea: predicar el evangelio de Jesucristo a todo tipo de personas. Una enseñanza para los líderes e iglesia del siglo XXI.
