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El presente capítulo en sus versículos uno y dos da un giro inesperado, haciendo referencia por primera vez a una persona gentil que vivía en Cesarea, una ciudad junto al mar Mediterráneo; éste era un hombre de autoridad, un centurión romano de la compañía llamada la Italiana, nombrado Cornelio. El centurión era un oficial del ejecito romano el cual tenía a su cargo cien soldados, por lo general eran soldados de carrera y constituían el eje de la fuerza militar romana Diccionario Bíblico Ilustrado HOLMAN.
Lo sobresaliente de Cornelio, además de que era gentil y oficial romano de alto rango, es lo que resalta el versículo 2, que era hombre piadoso y temeroso de Dios con toda su casa y que hacia muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. Cornelio en algún momento de su vida escuchó del Dios de los judíos, y creyó el mensaje, entregando su vida y a los de su casa, desechando a sus dioses paganos. Cabe señalar que no era un prosélito del judaísmo, que había pasado por la circuncisión. Por su carácter de soldado tenia convicciones profundas, era de temple, por lo que se entregó por completo a la causa de Dios. Se puede hacer mención que el Nuevo Testamento resalta a distintos centuriones que dejaron una buena impresión (Mr 15:39, Hch 27:3). Especulando un poco, Cornelio pudo ser el centurión que le rogó a Jesús que sanara a su siervo (Mt 8:5-13), la Biblia claro que no especifica que fuera Cornelio, pero siempre cabe la posibilidad.
