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Categóricamente afirma que él había creído que tenía que hacer todo lo que estuviera a su alcance en contra del nombre de Jesús de Nazaret. Para los fariseos, Jesús de Nazaret era un enemigo de Dios, porque creían que el aplicaba la ley a su manera y no como Dios la había ordenado.
Así que primeramente en Jerusalén había forzado a blasfemar a los creyentes, también había dado su voto cuando mataron a algunos cristianos como Esteban (7:58) encarceló a muchos y a otros los castigaban en las sinagogas. Pero Pablo pensó que podía hacer todavía más por su Dios, así que pidió a los principales sacerdotes cartas para ir a buscar a los cristianos que habían huido a lugares fuera de Judea, donde ya no tenían autoridad para encarcelarlos (8:1; 9:2)
Deja bien en claro que él fue un buen judío, que cumplió con la ley en todo, tuvo un testimonio intachable como fariseo, hizo todo lo que el creyó agradaba a Dios, pues el creía que la mejor manera de preservar el judaísmo era eliminando a los cristianos.(Ga 1:13,14) Él tenía un gran celo religioso que iba como fiera salvaje tras de cada creyente que encontraba en las sinagogas caminos o casas. El como buen fariseo creía en la esperanza de la resurrección, pero rechazaba que Jesús fuera el Mesías.
Una característica de los primeros cristianos fue que su vida pasada, pecadora, la presentaban como una evidencia viva y veraz de la transformación que Dios hacía de sus personas. Este testimonio mostraba como ellos, cuando aceptaban el sacrificio de Cristo y le reconocían como su salvador, su vida y su forma de pensar y de actuar eran transformadas y estaban dispuestos a morir por su Señor.