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Estas eran las buenas nuevas que Pablo y Bernabé les traían. La promesa hecha a los padres se había ya cumplido al levantar Dios a Jesús de entre los muertos. Pablo cita el Salmo 2:7, donde “yo te engendro hoy” significa: Estoy declarando hoy, que yo he engendrado a uno que ya era hijo de rey. Hoy en día la mayoría cree que era una fórmula por la cual un rey hacía declaración pública de que en aquel momento específico estaba levantando a su hijo para que compartiera el trono como rey en plan de igual. Siendo así, en el Salmo, Dios declara que Jesús es su hijo como lo hizo también cuando Jesús comenzó su ministerio y envió su Espíritu sobre El (Lc 3:22).
A continuación, siguió señalando citas de las Escrituras como Is. 55:3 que hace referencia a “las misericordias fieles a David”, interpretando que dicha misericordia incluía la promesa del Salmo 16:10 en alusión a la no destrucción o disolución del cuerpo, clara referencia al Cristo y no al rey David, quien fue sepultado con sus padres “y vio corrupción”.
