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Chipre era una provincia imperial romana bajo jurisdicción del senado; los apóstoles recorrieron sus 200 km desde la costa este hasta Pafos, situada al lado oeste y así evitar la zona montañosa.
Pafos contaba con hermosas edificaciones y el famoso templo de Afrodita. Era la ciudad del procónsul, gobernador con poderes militares y judiciales (Hch 18:12; 19:38). “Hallaron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús” que significa: hijo de Jesús en arameo y no tiene relación con el Señor, ya que Jesús equivale a Josué y era muy común en aquella época; este falso profeta llamado también Elimas, cuya transliteración aramea o arábiga significa mago, tenía el lucrativo trabajo de adivinar y guiar al procónsul (a quien Lucas describe como una persona muy inteligente), con sus artes mágicas. Naturalmente al ver que la palabra de Dios captó la atención del poderoso funcionario romano, vio el peligro de que sus servicios ya no serían necesarios y trató de apartarlo de la fe al resistir al mensaje apostólico, posiblemente debatiendo o haciendo conjuros mágicos contra los apóstoles.
“Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo”… Lucas comienza a dar prominencia a Pablo, a quien menciona por su segundo nombre latino (Paulus) que significa “el más pequeño”, quien fortalecido por el Espíritu Santo maldijo con ceguera al mago llamándolo “hijo del diablo” a quien verdaderamente estaba sirviendo.
“la fe viene por el oír “(Rom 10:17). Pablo dice que la gente acepta a Cristo cuando escucha la palabra de Dios. Los samaritanos creyeron cuando Felipe proclamó las buenas nuevas en medio de ellos (8:12); enseñó luego a un eunuco etíope, quien después siguió su camino lleno de gozo (8; 39). Sergio Paulo oyó el mensaje y vio la señal en Elimas y se conviertió; es el ejemplo inicial del Señor, respaldando plenamente con el Espíritu Santo a los misioneros recién llamados a predicar en el mundo greco-romano. Ese poder está vigente hoy, para equipar con los dones necesarios a quienes obedecen un llamado al ministerio y están dispuestos a pagar el precio de seguir a Jesús a cualquier costo.
