El ángel jura. El versículo 6 es la clave para asegurar que no fue el Señor Jesucristo el de la visión de Juan, sino un ángel, porque los juramentos se hacen por alguien superior a quien jura, y no hay nada superior a Jesucristo, por lo tanto, lo tendría que hacer por sí mismo. (He. 6:13) Posteriormente el ángel levanta la mano y jura por el Eterno Dios, Creador, afirmando que Dios es el que creó el cielo y las cosas que en él están, la tierra y todas las cosas que en ella están y el mar y las cosas que en él están, pareciera que es repetitivo, sin embargo el ángel está recordándole al ladrón (Satanás) que viene el dueño (Jesucristo) a reclamar lo que le pertenece, que la naturaleza, el universo y el hombre son creación de Dios, que ha llegado el momento de tomar posesión de lo que hizo para su gloria y honra.

Qué el tiempo no sería más. No quiere decir que el mundo y todo lo que se conoce ya no existirá, sino que aquí “tiempo” puede traducirse como “demora”, indicando que no hay más demora antes que suene la séptima trompeta y el misterio de Dios sea revelado. Dentro del período que sigue al sonido de la trompeta (11:15) ocurrirán todas las profecías que Dios reveló a sus profetas acerca de los días finales.

El misterio de Dios se consumará. Del griego misterion que se traduce como Secreto, misterio, algo antes oculto y ahora ya conocido. (Meyers, 2019)

En el Antiguo Testamento, Dios habló a través de sus profetas de un misterio, que los escribas y fariseos no lograron comprender y aún los profetas no entendieron, solo obedecieron al mandato y profetizaron acerca del libertador y salvador del pueblo. El pueblo de Israel interpretaba la profecía como que vendría un poderoso militar a librarlos de la esclavitud física y a abrir las cárceles para sacar a los presos políticos. No imaginaban que su padre celestial quería darles una libertad mayor: la del espíritu. Dios creó un mundo hermoso y al hombre a su imagen y semejanza, pero el hombre le desobedeció cometiendo pecado. Así que ya conociendo desde antes de la fundación del mundo este acontecimiento, diseñó un plan que traería la redención.

En el Nuevo Testamento el misterio es revelado, el secreto que no fue revelado por siglos es proclamado a todas las naciones (ver comentario Ro. 16:25,26). Cristo vino a revelar el misterio y le dio la gran comisión a la iglesia de predicar las buenas nuevas de salvación a todo el mundo. A través de los cuatro evangelios se revela el misterio, Jesucristo a través de las parábolas muestra como el reino de Dios se ha acercado a los creyentes.

El apóstol Pablo en sus epístolas plasmó el conocimiento que el Espíritu Santo le reveló acerca del misterio de Dios, el cual no fue exclusivo para él sino para todos los santos. — Que los judíos y los no judíos, formarían el pueblo redimido— (Ef. 3:3-9; Col. 1:26,27). El libro de Apocalipsis anuncia la revelación total del misterio.

El juramento enfatiza el cumplimiento de lo que Dios se propone con el retorno de Cristo a la tierra y el establecimiento de su reino (11:15), por eso el ángel dice “el misterio de Dios se consumará” (v.7) tal como Él anunció a sus profetas, ya no hay más demora, después de la séptima trompeta, aquellas cosas que eran un misterio son reveladas, el fin estará cerca