LBC Menú
Capítulos:
Satanás altamente abrumado sabiendo que su tiempo es corto, despliega toda la ira contenida sobre la tierra y sus habitantes, se hace acompañar por dos bestias que son las figuras principales del capítulo, así que el dragón como las dos bestias son una figura o especie de trinidad diabólica.
El capítulo 13 hace una descripción de la naturaleza y obra de dos bestias, la tierra estará ahora a merced de toda operación satánica, el pueblo judío y los gentiles que temen a Dios son el blanco de ataques homicidas del agente del mal. Los ejecutores de todo esto son dos grandes bestias, ministros de mentira y maldad, hombres reales que usan el poder delegado por su maestro de manera infernalmente eficiente.
Existe la opinión de que la primera bestia que sale del mar es un gentil, y ejerce un gobierno que se caracteriza por la fuerza bruta; la segunda bestia, bestia de la tierra (13:11-18), que pudiera ser un judío apostata, (persona que reniega de su fe, que niega la doctrina en la que fue enseñado), esto se nota por su sutil influencia religiosa. Más adelante se les ve levantarse en orden de batalla contra Cristo y sus ejércitos celestiales (19:11-19)
Siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. Es una descripción semejante a la que se hace del dragón (Satanás) en el 12:3. La mayoría de los comentaristas está de acuerdo en que las siete cabezas pueden representar a los 7 grandes imperios sucesivos que existieron: Egipto, Asiria, Babilonia, Media-Persia, Grecia, Roma, más el reino final del anticristo. (Ap 17:9 y 10, amplia sobre el número 7, mencionando a cinco imperios que ya pasaron, luego al imperio romano que existía en tiempo de Juan y finalmente al séptimo que vendrá en tiempos de la gran tribulación). Este último está conformado por todos los reinos representados por los cuernos, “que aún no han recibido reino, pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia (17:12). Los cuernos siempre representan poder, de forma semejante al reino animal, tanto ofensivo (ataque) como defensivo (protección).
Un nombre blasfemo: los emperadores romanos se llegaron a atribuir poderes divinos y demandaron adoración. Nerón, por ejemplo, era saludado como "el eterno" y era también llamado “salvador”. Tanto los judíos como los cristianos rechazaron esas aberraciones y fueron castigados y aun muertos. La bestia futura lleva corona y su secuaz el falso profeta promueve que lo adoren (13:11), lo cual es una blasfemia contra Dios. Entre los muchos títulos que lo identifican, se mencionan: "el cuerno pequeño", "el blasfemador", "el rey del Norte, de Siria", "el gran Asirio". Esta bestia que será revelada después del rapto de la Iglesia es "el príncipe que ha de venir" (Dn 9:26, 27), “el hombre de pecado", “el hijo de perdición”. (2 Ts 2:6-8).
La bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Esta descripción lleva a recordar las visiones de Daniel (el capítulo 2 con la estatua que soñó Nabucodonosor y el capítulo 7 que habla de las bestias). Allá, los animales personificaban separadamente a los reinos de Babilonia, Medo-Persa, Grecia y Roma; en la visión de Juan, todas las características de esos reinos se unen para hacer más feroz y repugnante a la bestia, afirmando que era semejante a todas ellas.
Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad. Será el último gobierno humano compuesto por el anticristo y su coalición, que se oponen al Dios altísimo y que finalmente serán destruidos. El profeta Daniel pudo ver cuando “una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó…y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento” (Dn 2:34,35). Estos versículos las biblias los muestran en color rojo, como todos los que se refieren a Cristo.
