LBC Menú
Capítulos:
Sobre la base de lo dicho anteriormente, el castigo divino que Babilonia recibirá será en un solo instante (Is 47:9; Jr 50:6-9), como en Daniel 5:5: “En aquella misma hora aparecieron los dedos…”; y en Lucas 12:20: “Pero Dios le dijo: Necio, esta misma noche vienen a pedirte tu alma…”. Dios ejecuta su juicio en un segundo. Todo de lo cual presumía Babilonia, le será quitado y ella misma sufrirá destrucción. Dios la humillará hasta el punto de tener hambre. Así como a Sodoma y Gomorra Dios las destruyó con fuego, Babilonia “será quemada con fuego”. Se enfatiza el poder y soberanía de Dios: "porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga”. Dios mismo la destruirá, pues Él es el Soberano del Universo, y tiene toda potestad para juzgar a Babilonia, es el único juez justo y verdadero (Is 33:22; Sal 75:7; He 12:23; 1 S 24:15; Sal 50:6).
Habrá lamentos por la Babilonia destruida. El primero es de los reyes de la tierra: “9Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentaciones sobre ella, … 10diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino su juicio!”. Estos reyes que han fornicado con ella no son los diez reyes de Ap 17:12, sino que son reyes que han tenido íntima relación con esta ciudad, tanto en lo religioso, sentimental y económico. La Babilonia mantendrá acuerdos y tratados con muchos países en el tiempo de la gran tribulación. Cuando estos reyes ven “el humo de su incendio”, lloran y se lamentan. Ambos son símbolos de luto y suma tristeza (Mt 9:38; Jn 11:36; Jr 31:15). Estos reyes estuvieron antes junto a la ciudad, pero ahora se mantienen lejos, a distancia, por miedo al sufrimiento que está recibiendo. Aquí se muestra el poder de Dios: “en una hora”. El gran dolor que sienten los reyes se refleja con la exclamación: ¡Ay, ay! Este lamento tiene paralelo con Ezequiel 26 sobre Tiro. Esta ciudad tan poderosa, imposible de destruir, ¡ha quedado reducida a cenizas en una hora!
Como se ha mencionado en el comentario a varios versículos en los capítulos 16-18, se compara a Babilonia con Roma. Pero también cuando ocurrieron los ataques contra las torres gemelas de New York el 11 de Septiembre, 2001 (el famoso 9/11) y la ciudad se llenó de humo y ceniza, se le comparó a la Babilonia bíblica, pues “en un solo día vinieron sus plagas” y también como lo describen los versículos siguientes “los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentaciones sobre ella… se pararán de lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad… viendo el humo de su incendio”, pensando que New York personifica a los Estados Unidos y al mundo occidental. Sin embargo, aunque fue un doloroso evento en donde murieron más de 3000 personas, no se compara con los millones que morirán en la segunda parte de la gran tribulación.