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El daño producido a los hombres será como la picadura del escorpión. Ante el sufrimiento experimentado, los hombres desearán morir para así acabar con el dolor, pero dice el texto bíblico que en aquellos días anhelarán la muerte, pero no la hallarán.
¡Qué impotencia se experimentará al no tener manera de deshacerse del enemigo! Los hombres sentirán la picadura, pero no tendrán forma de exterminar a estas criaturas malignas, pues su función es atormentar a todos los seres humanos.
¡Cinco meses! ¡Es muchísimo tiempo!, los seres humanos se llenarán de terror al enfrentar esos insectos. ¿cómo protegerse y proteger a la familia de estos nocivos seres? Será algo similar a las plagas de moscas en Egipto o a la plaga de las ranas que donde quiera estaban y eran en gran manera molestas. Así será con las langostas de aquellos días, las cuales obedecerán la orden de Dios de atormentar a la humanidad. Faraón, con dos o tres días de plaga mandó buscar a Moisés para que Dios quitara de él y de su pueblo la plaga, pero aquí la plaga durará cinco meses. El hombre sin Dios no tiene ninguna salida, pues no habrá ningún otro ser humano quien le libre del tormento que estos demonios producirán; sin embargo, los seres humanos endurecerán más su corazón en contra de Dios.
Esta profecía fue dada hace dos mil años, advierte del riesgo que le espera a toda la gente en el mundo que no ha querido escuchar a Dios. Aún hay oportunidad para aceptar a Cristo y obtener el perdón de pecados que solo Cristo otorga y así, tener el sello de Dios. No se trata de una información sensacionalista, solo se relata lo que vio el apóstol Juan sobre acontecimientos futuros en esa semana de años, llamada la gran tribulación, que afectará a todos los que no se hayan rendido a Cristo.
Cuesta trabajo comprender la lógica del ser humano: ¿desear la muerte?; ¿acaso no es mucho mejor arrepentirse y volverse a Dios? Será mayor su orgullo, antes que humillarse. Sin embargo, en aquellos días, hasta la muerte huirá de ellos. Cinco meses en los que no habrá tantos decesos, solo tormentos. Un adelanto de lo que será la muerte eterna, donde habrá permanente tormento.
En la historia del pueblo de Israel, Dios utilizó en una ocasión avispas (Ex 23:28) para echar fuera al heveo, al cananeo y al heteo, las cuales atacaron solo a ellos, pues el pueblo de Dios fue librado. En otra ocasión Dios utilizó tábanos para que no fuese por la espada o por el arco de los israelitas que obtuviesen la victoria sobre los dos reyes de los amorreos (Josué 24:12). Esto quiere decir que Dios puede usar aun a los insectos para proteger a su pueblo, y para atormentar a sus enemigos. Si estos ejércitos huyeron ante insectos terrenales, ¡qué será entonces, cuando estos serán demonios en forma de langostas! De seguro que atormentarán en forma terrible a los hombres.
