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Apocalípsis

Apocalípsis 21:1 “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más”


Muchos eruditos de la Palabra sostienen una polémica en cuanto a si el actual planeta será destruido y se hará otro totalmente nuevo o simplemente se renovará. En todo el Nuevo Testamento encontramos dos adjetivos para nuevo: “kainós” y “neós”. “Kainós” aparece 44 veces y “neós” 24. Aquí se usa “kainós” para decir que es algo totalmente nuevo. En Hechos 12:24 se indica que Jesús es el mediador de un nuevo pacto, en el mismo sentido de Mateo. Parece que cuando se quiere decir que algo “no ha sido usado o no ha existido antes” se utiliza la palabra “kainós”. En Apocalipsis se usa “kainós” nueve veces y ninguna “neós”. Pablo menciona que “la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios”.

Nota importante

En todos los puntos controversiales conviene escuchar la opinión autorizada de J. Dwight Pentecost, en su libro “Eventos del Porvenir (p.433): “Se ha observado que hombres fuertes (teólogos destacados) han presentado fuertes argumentos que, a su vez han sido refutados por hombres igualmente fuertes, que sostienen un punto de vista diferente”.

Nota Doctrinal

Opiniones que apoyan el concepto de que todo será hecho nuevo:
Asambleas de Dios, en “Nuestra Declaración de Fe” definiendo las doctrinas fundamentales (dieciséis en total) que se creen mundialmente, manifiesta en la doctrina número 16 que se titula “Cielos nuevos y tierra nueva” lo siguiente: “Después de la destrucción mediante el fuego del planeta que habitamos (2 P 3:6,7), Dios según su promesa creará un cielo nuevo y una tierra nueva (Ap 21:1). Esto será necesario para poder establecer el nuevo estado eterno de las cosas y la gran ciudad santa de Jerusalén, de la cual Dios es su gloria y el Cordero su lumbrera (Ro 8:20-22)”.


En la declaración que se aprobó en los Estados Unidos (Statement of Fundamental Truths, en el año 1916) se agrega lo declarado en 2 Pedro 3:13: “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia”.

Biblia de estudio Vida Plena (p.1886):


Doctrinas Bíblicas, una perspectiva pentecostal, autores Stanley Horton y W.Menzies (p.237):
Tanto el AT como el NT hablan de cielos nuevos y tierra nueva (véanse Is 65:17; 66:22 y Ap 21:1). El Apóstol Pedro afirma: “los cielos pasará con gran estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas…”( 2P 3:10-12). Los autores hacen un amplio estudio de los vocablos griegos que se usan en este pasaje y en muchos otros (pgs 238-240), que llevan a la conclusión que la tierra, las estrellas y los planetas serán destruidos.

Siguen diciendo: con la aparición del gran trono blanco, la tierra y los cielos actuales huyeron de Aquel que está en el trono y “ningún lugar se encontró para ellos” (Ap 20:11). En realidad, el significado más sencillo es que no están en ninguna parte, no tienen existencia, ¡fueron aniquilados! (Isaías 51:6; Salmo 102:25,26). Pedro profetizó que este juicio sería por fuego, que haría que los mismos elementos del universo (las estrellas y los planetas) desaparecieran en medio de un calor ardiente (2 P 3:7-13). Algunos se preguntan cómo afectará esto a los seres humanos. La respuesta es que los creyentes ya tendrán sus nuevos cuerpos, inmortales e incorruptibles, por lo tanto, la destrucción del universo actual nos los afectará.

Biblia de Estudio MacArthur (p. 1877): “Al comenzar este capítulo ya todos los pecadores de todos los tiempos, tanto demonios como hombres, incluidos Satanás, la bestia y el falso profeta, se encuentran en el lago de fuego para siempre. El universo entero ha sido destruido y Dios crea un universo nuevo que será la morada eterna de los redimidos un cielo nuevo y una tierra nueva. Todo el universo tal como lo conocemos ahora será destruido (2 P 3:10-13) y reemplazado por una creación nueva que durará para siempre. Esta es una realidad del AT (Sal 102:25, 26; Is 65:17; 66:22) tanto del NT (Lc 21:33; Heb 1:10-12)

“el mar ya no existía más” es una expresión que también es causa de controversias. Este término da a entender que las aguas marinas dejaron para siempre su lugar en la tierra. Si esto es así, entonces nadie podría negar que en realidad estamos ante una verdadera tierra nueva y cielos nuevos. En la actualidad tres cuartas partes de la superficie terrestre son agua, pero el nuevo ambiente ya no se basará en el ciclo hidrológico y tendrá condiciones climáticas por completo diferentes.

Apocalipsis 21:2 al 22:5 forman un solo capítulo referente a la nueva Jerusalén. Juan describe la consumación de todas las cosas en Cristo y el descenso de la nueva Jerusalén para dar inicio al estado eterno (cp. 19:7; 20:6; 1 Co 15:28; Heb 12:22-26). Durante el milenio parece ser que la nueva Jerusalén estará suspendida sobre la tierra, siendo la habitación de todos los creyentes por toda la eternidad (como se pone de relieve en 21:1-8) (B. de Estudio Ryere p.1312).



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