El segundo lamento es de los mercaderes: “Y los mercaderes de la tierra lloran y …” El lamento de los “comerciantes” se explica por medio del impacto de sus negocios. Estos viajan con el fin de comerciar, y habían establecido una red mundial tomando como centro Babilonia. La razón del lamento es: “… porque ninguno compra más sus mercaderías”. (la mercadería debe pues ser espiritual, así como la ramera no es literal, sino espiritual. Com. ex. y expl. de la B. p. 805) La lista que se presenta en seguida son los artículos que se comercializaban, productos exóticos y variados. Se pueden dividir en 9 grupos: 1) adornos costosos: “de oro, de plata, de piedras preciosas y de perlas”; 2) vestidos finos: “de lino fino, de púrpura, de seda y de escarlata”; 3) muebles caros: “de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol”; 4) bálsamos finos: "canela, especias aromáticas, incienso, mirra y olíbano" (un perfume muy costoso, cp. Mt 26:7,12; Jn 12:3) ; 5) alimentos esenciales: “vino, aceite, flor de harina y trigo”; 6) animales domésticos: “bestias, ovejas, caballos”; 7) medio de trasporte: “carros”; 9) presos: “esclavos, almas de hombres”.

La idea es la completa rendición y dominio de personas como si fueran un objeto. Para los amos paganos los esclavos se dividían en 2 grupos: a) “cuerpos” que eran los esclavos que por tener un nivel educacional bajo, se utilizaban para el trabajo rudo, el circo o el burdel; y b) “almas” son los que, por su cultura, se utilizaban para las artes, ciencias, pedagogos, literarios, y artistas; como en el caso de Daniel, el profeta, que era esclavo en Babilonia, pero se le dio educación babilónica y autoridad para gobernar (Dn 1: 3-5,20).