En el Antiguo Testamento el profeta Micaías vio a Jehová sentado en su trono y todo su ejército a la derecha y a la izquierda (1 R 22:19). El salmista también cantaba “se sentó Dios sobre su santo trono” (Sal 47:8), el profeta Isaías en visión también vio el trono alto y sublime (Is 6:1). En Apocalipsis aparece la palabra trono 43 veces en 34 versículos, casi en todos los capítulos, lo cual simboliza su majestad, su realeza, poder, autoridad del cual sale toda orden y se postra toda criatura delante de Él.

Ve a uno sentado en el trono del cual describe su aspecto simplemente diciendo que era semejante a piedras preciosas, al jaspe y a la cornalina. El jaspe una piedra translúcida, llamado cristal de roca en la actualidad, algunos creen que puede ser un diamante por sus características de ser cristalino y que puede dispersar la luz en diferentes colores y no el jaspe opaco que se conoce. La cornalina (sardinos) de color rojo, es la primera piedra del pectoral, y según se cree corresponde al primogénito de Israel, que es Rubén. En hebreo la piedra se llama “Ódem” (אדם) que significa “rojo”, “rojizo”, “de brillo rojizo”. Es también importante mencionar que esta palabra se escribe con las mismas letras que el nombre del primer humano formado por Yahvéh: Adám (אדם). Juan habla del esplendor que emana de Dios comparándolo a piedras preciosas mostrando así la impresionante majestad de Dios, contrastando también estos colores con el esmeralda del arco iris que estaba rodeando el trono. Juan no lo describe de forma antropomorfa (con figura humana), sino, describe su esplendor, la brillantez, la majestuosidad del lugar.

Con cuanta razón el apostol San Pablo dijo: “el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.” 1 Timoteo 6:16. su luz es tan hermosa, tan brillante que ningún hombre la ha visto, ni puede ver, lo mismo que el apóstol Juan trató de describir aquí. “Cuando la luz pasa por humedad o cristal se descompone en colores y de la misma forma en el trono de Dios la luz, que formaba un círculo completo, tipo de la perfección y eternidad de Dios: no el semicírculo del arco iris terrenal. que rodeaba al trono verticalmente. Sus varios colores, simbolizan los variados aspectos de los tratos providenciales de Dios que se unifican en un todo armonioso. (Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia,tomo 2 p.780).