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“He aquí, yo vengo como ladrón” Este es un símil en donde Cristo es quien habla. Algunos comentaristas lo ven como una interpolación que rompe el fluir natural sobre los juicios que se están mencionando. Sin embargo, para los creyentes fieles que leen estas descripciones del futuro, son una perfecta advertencia para ser cuidadosos y una invitación a vivir siempre preparados. La versión Reina Valera Contemporánea lo escribe así: “Miren, yo vengo como un ladrón. Bienaventurados los que se mantengan despiertos y conserven sus ropas, no sea que se queden desnudos y se vea la vergüenza de su desnudez”. Metafóricamente, una invitación a tener siempre puestas las vestiduras blancas de salvación, fe, justicia, la palabra de Dios y el apresto del evangelio (Efesios 6:13-18).
El apóstol Pedro, amplia el pensamiento diciendo: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 P 3:10 y 11-14).
El Señor destaca la necesidad de una preparación constante para recibirlo en su regreso, que puede ser de forma súbita, como la entrada de un ladrón a una casa. Sus habitantes deben evitar ser sorprendidos, habiendo hecho los preparativos adecuados. Jesús, en su ministerio terrenal ya lo había mencionado en su incomparable discurso sobre los acontecimientos futuros, comprendido en los capítulos 24 y 25 del evangelio de Mateo. (leer Mateo 24:42-44, Lucas 12:39,40, 1 Tesalonicenses 5:2-4 y Apocalipsis 3:3).
16Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón:
Nombre hebreo que significa el Monte de Meguido, ubicado unos 100 km al norte de Jerusalén, en donde se libraron batallas como la derrota de Sísara en los tiempos de Débora (Jue 5:19), la victoria de Gedeón sobre los madianitas (Jueces 7) la derrota de las fuerzas de Israel, contra los egipcios, muriendo el rey Josías (2 Cr 35:20-27) etc.
Muchos comentaristas afirman que, aunque el punto focal será la tierra de Israel, el acontecimiento de Armagedón incluirá el mundo entero (Jer 25:29-38) cuando Cristo volverá para destruir al anticristo y sus ejércitos (19:19-21; Zac 14:1-5). Dios también enviará destrucción y terremotos sobre todo el mundo en ese tiempo (vv. 18,19; Jer 25:29-33; Joel: 3:1,2; Zac 14:2-5). La figura de Armagedón mencionada aquí simboliza el enfrentamiento final de los poderes malignos contra el Dios Todopoderoso y su consiguiente derrota (Comentario Bíblico Mundo Hispano, Tomo 24 p. 258). Consultar el Texto “Eventos del Porvenir” de J. Dwigth Pentecost Cap. XX págs. 260-273 que ofrece mucha información sobre el Armagedón.
Nótese que, al final del milenio, se dará otra terrible batalla en los mismos lugares, lo que se llama la guerra de Gog y Magog: Apocalipsis 20:7-10 y Zacarías capítulos 38 y 39.