Hay un “pero” en las festivas afirmaciones del Señor Dios, una lista de gente que será desechada y sufrirá los peores horrores como pago de su maldad. El contraste es impresionante, pues sirve para que los lectores abran bien los ojos y no pierdan su gran galardón. La lista es la siguiente:

• “Cobardes”: aquellos que no quisieron aceptar el regalo de la vida eterna por miedo a las amenazas externas y que conocieron el Camino, pero renunciaron a él.
• “Incrédulos”: aquellos que nunca quisieron creer en el regalo de la salvación y se rieron del futuro que depara a los pecadores.
• “Abominables”: puede traducirse como “odiosos”, “creadores de falsas doctrinas”, “corruptos”. Este vocablo sólo aparece dos veces en el Nuevo Testamento (Ro 2:22; Ap 21:8) siendo así un dislegómena.
• “Homicidas”: Que mata a su semejante de manera violenta.
• “Fornicarios”: Los que son seducidos por el apetito sexual desenfrenado, o que tiene apetitos carnales que lo arrastran, tal como Esaú (Heb 12:16) o como Demas que abandonó a Pablo amando más a este mundo y sus placeres (2 Ti 4:10)
• “Hechiceros”: practicantes de la magia, hechicería, nigromancia, ocultismo, satanismo y, drogadicción (pues esta palabra se deriva de “farmakía” de donde se deriva nuestro vocablo “fármaco-droga”). Todo hechicero usaba drogas para entrar en trance, adivinar o hacer lo suyo.
• “Idolatría”: servir a otros dioses, imágenes o seres angelicales, acto que Juan estaba a punto de cometer (19:22); la avaricia se considera idolatría (Col. 3:5).
• “Mentirosos”: estos son hijos de Satanás, pues él “es padre de mentira” (Jn 8:44). Toda estos tendrán parte en el Lago de Fuego, a quien apodan “la Segunda Muerte”, y compartirán el mismo destino con Satán, los demonios, la muerte y el mismo infierno (Ap 20:14).