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Apocalipsis

Apocalípsis, El mensaje a la iglesia de Filadelfia (Ap 3:7-13)

Apocalípsis 3:7-13 “Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: 8Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. 9He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. 10Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. 11He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. 12Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. 13El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.


Filadelfia era una ciudad relativamente nueva en comparación con las otras ciudades, y fundada con un propósito: difundir la cultura y lengua griega en otras ciudades del Asia menor, a saber, Misia, Lidia y Frigia. Filadelfia estaba establecida en tierras volcánicas muy fértiles, y los viñedos eran en ese lugar abundantes. Filadelfia (filos=amor, delfos=hermano) se traduce como amor fraternal.


Descripción de Cristo.el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre”. Santo y Verdadero, características propias e intrínsecas de su naturaleza. Él tiene la llave de David, es decir, el único que pudo abrir la puerta al cielo, y esa puerta solo Él podrá cerrarla. Jesús es el único que tiene autoridad para admitir a los escogidos en la nueva Jerusalén. Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi” (Juan 14:6).


Alabanza a la Iglesia.Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar”. En este mensaje Jesús confirma que Él conoce las obras de la iglesia, y por sus cualidades, por ser una iglesia con amor fraternal, ha puesto delante de ella una puerta abierta. ¿A qué se refiere con ello? Seguramente se trata de una puerta para la expansión del evangelio y del reino de Dios en el mundo. Cuando Pablo regresó de su primer viaje misionero narra como el Señor había abierto la puerta de la fe a los gentiles (Hch 14:27); habla también de una puerta grande y eficaz que el Señor había abierto en Éfeso (1 Co 16:9). ¡Qué privilegio es este: que el Señor mismo sea quien abra las puertas para que se predique su precioso evangelio!

Has guardado mi palabra.... No importaba que tuvieran poca fuerza, sino que Dios había visto en ellos su fidelidad, ellos habían puesto por obra la palabra de Dios, actuaron cuando debieron actuar, y si hay algo importante para Dios es la acción, la obediencia. Ahí estriba el secreto para no pecar contra Dios “En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti” (Sal 119:11).

He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. Igual que a la iglesia de Esmirna, se les alaba por la manera de como habían soportado a los judíos intolerantes, que rechazaban a los cristianos por adorar a Jesús y los perseguían (2:9). Conforme los cristianos se separaron más y más de los judíos, el término sinagoga, se les fue dejando (aun, por lo perverso que eran, se les llamó “sinagoga de satanás”). Los creyentes se apropiaron del término “iglesia”.


Problema de la iglesia. No se señala alguno, igual que a Esmirna.


Solución o consejo. Es la única iglesia a la que no se le ofrece soluciones o se le da consejos.


Advertencia.Retén lo que tienes para que ninguno tome tu corona”. La obediencia y la fidelidad a Dios son tesoros incalculables, tesoros dignos de ser guardados celosamente; si ellos eran capaces de mantenerse en obediencia, Dios les daría su corona. La Biblia da algunos ejemplos de personas que no supieron retener su corona: Esaú, Saúl, Judas y los israelitas en el desierto. Cada creyente debe cuidarse a sí mismo, y de la salvación que ha recibido.

Yo vengo pronto...”. Con estas palabras Dios les advierte que su celo no debe desmayar; Yo vengo pronto no es una amenaza —como con la iglesia de Sardis—, es una palabra de ánimo para permanecer alertas y velando.


Promesas.Al que venciere, Yo lo hare columna en el templo de mi Dios”. Columna en el templo es algo mucho más grande que una piedra en la pared; una piedra puede servir de adorno, pero la columna es el sostén del templo. El templo espiritual es simplemente inimaginable en su grandeza y belleza, por tanto, ser columna de ese templo es un enorme privilegio.


El relato bíblico nos dice en Jud 2.10 “Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.” La consecuencia de esto fue el mal comportamiento de todo un pueblo en un tiempo y un espacio, o sea de toda una generación que convivió y socializó en su cotidianidad, pero se olvidó de los mandamientos de Dios, en este sentido, es bueno recordar lo que el salmista nos dice “Generación a generación celebrará tus obras, Y anunciará tus poderosos hechos (Ps 145:4). Aprendamos la lección, cada generación tiene la responsabilidad delante de Dios para cumplir los mandatos descritos en su palabra. La iglesia es la responsable directa de ganar a su generación para el Señor Jesucristo, siempre deberá ser así.

Y nunca más saldrá de allí”. Esto significa que no habrá nada, ni interno ni externo que podrán separar al vencedor del templo de Dios, esto es, de la iglesia de Cristo, y nada podrá privarle de su elevado sitio en la eternidad.

“Y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén”. Lo que significa no solo es la herencia eterna como perteneciente a Dios y al cielo, sino también, al eterno testimonio de Dios y de Cristo; y tiene el nombre de la Nueva Jerusalén como testimonio perenne de su ciudadanía.

Yo también te guardare de la hora de la prueba...”. Esta promesa que Jesús da a la iglesia de Filadelfia tiene un gran significado. Él dice que los cristianos de Filadelfia serían preservados del mal y resultarían vencedores aun después de pasar por las más grandes tribulaciones. Si un cristiano se toma firmemente de la mano del Señor, no hay poder en el universo que le pueda arrebatar de Él (Jn 10:28).

Nota Histórica

El sexto periodo “La iglesia Moderna”, cubre desde la guerra de los treinta años hasta la segunda guerra mundial (1649-1945), esta época se asocia con la iglesia de Filadelfia. Naciones enteras empezaron a leer la Biblia y a predicar la sana doctrina y de ahí nacieron múltiples denominaciones: los luteranos, los puritanos, los presbiterianos, los anglicanos, los bautistas, los congregacionales, los metodistas, los cuáqueros, y en el Siglo XX las iglesias pentecostales, con el avivamiento de Azusa, en California (1906-1909), quienes en 100 años han logrado la conversión de más de 600 millones.


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