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La voz del cielo indica a Juan tomar el libro. Es el ángel el que le da la orden de tomarlo y comerlo, el profeta Ezequiel también recibió una orden similar comer un rollo en el que estaban escritas endechas, lamentaciones y ayes que vendrían sobre la nación (Ez. 2:10; 3:3) de igual manera el profeta Jeremías habla de comer la palabra de Dios que trajo gozo y alegría (Jr. 15:16). El ángel le dice a Juan te amargará en el vientre, como cuando las personas reciben una mala noticia, que se siente ese malestar en el estómago, de la misma manera al ver las endechas, lamentaciones y ayes, sentiría malestar por los sucesos del fin del mundo, sin embargo, el poder predicar el evangelio le traería gozo y alegría.
“La palabra de Dios es dulce cuando sus siervos la oyen y la obedecen (Sal 19:9,10), pero también pronuncia el juicio sobre el pecado y la maldad que deben enfrentar los incrédulos (cf Lc. 19:41-44; Jr. 15:16; 20:8,9. Ez. 3:1-3; amós 5:10)” Biblia de Estudio Pentecostal p. 1871.
Hoy todos deben saber que Cristo viene pronto y que hay juicio sobre el pecado y la maldad de los incrédulos y aun para los creyentes que no han mantenido su santidad conforme a la voluntad divina. Esta comisión encomendada a Juan en “la revelación” se extiende a nosotros en el presente. El Maestro nos dejó esta encomienda antes de ascender al cielo.
Corresponde al pueblo de Dios dar a conocer a todo el mundo, las nuevas de salvación, predicar sobre el libro de Apocalipsis para que las personas conozcan los acontecimientos futuros y hagan la decisión personal que beneficiará sus vidas. La iglesia de Cristo debe continuar haciendo el trabajo que le fue encomendado.
