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El que recibió la llave del pozo del abismo tenía autoridad para abrirlo, y al momento, salió humo como de un gran horno que oscureció el entorno. De este humo Juan describe que salieron langostas que no se comportaban como tales sino como escorpiones. Seres que no pueden salir por sí solos, sino que están sujetos al control de Dios, solo Él puede dar la orden para que salgan cuando sea necesario, a fin de cumplir sus propósitos. Las langostas y escorpiones eran bien conocidas en el Medio Oriente por su destrucción y daño. Pero esta vez se les ordena que no dañen a la hierba, ni a los árboles, ni a ninguna cosa verde sino solamente a los hombres que no tuvieran el sello de Dios en sus frentes, y que los atormentasen por cinco meses.
Para oscurecer el sol deberán ser millones de langostas las que salgan de las profundidades; sin embargo, no dañarán a la vegetación, sino que tienen un poder como el de los escorpiones de la tierra.
Nota importante: Las picaduras de escorpión o alacrán no son mortales, pero si son muy dolorosas, al igual que un piquete de abeja o avispa, pues puede sentirse caliente la parte afectada y en ocasiones se entume gran parte del cuerpo. Hay personas que son alérgicas a los piquetes de insectos o de gusanos, y por ello llegan a tener insuficiencia respiratoria, mareos, náuseas, presión alta o fiebre. Del dolor se siente ansiedad, intranquilidad, excitación y en los niños llanto, por la incomodidad que se siente. Estas langostas tendrán efectos similares, pues estarán atormentando a todos aquellos que no tengan el sello de Dios.
Así como en la actualidad no existe un insecticida que mate a los tábanos y avispas en los lugares tropicales (pues son insectos que buscan el lugar fresco y entran a las casas y pican a las personas dejando un dolor intenso), no habrá manera de exterminar a las langostas del abismo. El único antídoto para no ser picado es ser hijo de Dios, todos los demás hombres serán lastimados por esta horrible plaga.
En la actualidad el ser humano busca exterminar a los moscos que producen la enfermedad del dengue, pues con un inofensivo piquete que solo da un poco de comezón o hace una roncha, se pueden producir graves problemas de salud; tanto, que tal picadura puede ser mortal. Sin embargo, no hay suficiente insecticida para terminar con esta especie de insectos.
Buscar y encontrar como contrarrestar los efectos de la picadura de esa langosta no será tarea fácil.
Los creyentes no pueden ser tocados o poseídos por los demonios, pues la salvación de Cristo en la vida del creyente le da la autoridad para reprender todo dardo del enemigo. Satanás, para tocar a Job, tuvo que pedir permiso a Dios (Job 1:12). También la Biblia dice: “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová” (Isaías 54:17).