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La amarga persecución de la última mitad de la semana profética de Daniel comienza ahora (Dn. 7:25). La mujer (Israel) comienza a huir como se menciona en el versículo 6: “Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días” (¿Será Petra en la región de Moab, Amón y Edom, que son mencionados en Daniel 11:41?).
“Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila”. Es la misma imagen que describe la huida de Israel del ejército egipcio en el desierto (Éx. 19:4) cuando le dijo Jehová a Moisés: “yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería” (Éx. 14:17). El dragón tratará de destruir a la mujer. Además, junto con los seguidores del anticristo, perseguirá a los israelitas que acepten a Cristo. El pasaje de Mateo 24: 15-21 tan predicado muchas veces, tal vez fuera de contexto, se cumplirá aquí. Dios extenderá una protección especial para los santos de Israel durante ese tiempo (vv. 14-16).
Ya han transcurridos tres años y medio de la tribulación, el anticristo aún no se ha manifestado como el dragón, se vive una aparente paz, sin embargo, los terremotos, las guerras, las enfermedades y el hambre se han agudizado a nivel mundial. El pueblo de Israel pone su mirada en el anticristo como el líder que los puede ayudar, al entronizarse en Jerusalén. Pero al comenzar a “ofrecer fuego extraño” en el templo, es cuando el pueblo de Dios se da cuenta del enorme error que han cometido. “Las alas” que se les ofrecen pueden simbolizar aviones y helicópteros que ayudarán a los israelitas a salir con presteza para salvar su vida.
Así como con mano poderosa, Dios sacó a su pueblo de Egipto, le llevó al monte Sinaí y libertó totalmente a la nación proveyéndoles de maná y codornices como alimento, con la bendición extra de que su vestido y calzado no se gastaron y cómo protegerá también a los israelitas que acepten a Cristo en la tribulación, así hoy en día, Dios protege a su iglesia fiel y militante, que se cubre bajo sus alas.
Un salmo hermoso, al que algunos llaman el 911, (haciendo alusión al Salmo 91:1) expresa “El que habita al abrigo del altísimo, morará bajo la sombra del omnipotente, Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro;” (Salmo 91:1-4)