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Apocalípsis

Apocalípsis 8:3-5 “Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. 4 Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. 5 Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto."


No cabe duda de que el silencio que se hizo en el cielo fue para dar una oportunidad más de arrepentimiento al ser humano.
“¡Silencio! ¡Ya se acerca el día del castigo! ¡Todo está preparado! ¡Los invitados ya están aquí! ¡Voy a destruir a mi pueblo!” 2


Desde el Antiguo Testamento, el profeta Sofonías (1:7) hace mención de “el día de Jehová”. la Iglesia ya se encuentra en el cielo, los 144,000 ha sido sellados, y los que fueron salvos en la tribulación están ya con el Señor también; mientras tanto, en la tierra, las oportunidades de salvación para el ser humano se estarán terminando.


Estos versículos introducen a otro ángel, el cual no puede ser Cristo, pues Él es quien abre los sellos; además en este libro nunca se le da nombre de ángel sino de Cordero, o de Hijo de Hombre, (otros nombres para Cristo son mencionados en Caps. 1-3). Este ángel llevaba un incensario de oro y se le dio mucho incienso, el cual era especial y aromático, hecho exclusivamente para Dios y con las medidas estipuladas por Él (Ex 30: 34-38). Este incienso representa las oraciones de los santos, porque ninguna oración ha de quedar sin respuesta, aún las de los mártires del primer siglo, o las de los misioneros a través de la historia de la iglesia; todas estas oraciones suben como un olor grato ante Él, y un día se hará justicia y juicio a todo aquel que padeció violencia.


El altar del incienso era de oro y tenía forma de un prisma cuadrangular con aproximadamente 50 cm por lado en su base y un metro de alto; en cada extremo tenía cuernos, y alrededor, una barandilla que impedía que se cayeran los carbones encendidos. La indicación dada a Moisés fue que se quemaría el incienso en la mañana, antes del primer sacrificio y al anochecer, después del último sacrificio (Ex 30:7,8). Este se encontraba en el lugar santo, en el Tabernáculo. En dos ocasiones pidió Moisés a Aarón que tomara el incensario, le pusiera fuego del altar e incienso, y así se detuviera la mortandad causada por el juicio de Dios (Lv. 16:12,13; Nm. 16:46).

Para Meditar

Las oraciones de los santos suben a la presencia del Señor envueltas en el olor grato del incienso (5:8). Todos los clamores de la Iglesia del primer siglo, la cual era perseguida por haber aceptado a Jesucristo como su Salvador, un día tendrán respuesta. Y ahí está el altar del incienso con el fuego encendido, y las almas de los que aceptaron a Cristo durante la tribulación también (6:9).

En el cielo ya no es necesario un altar para el sacrificio, porque Cristo ya hizo el sacrificio perfecto por todos (Heb 10:10-14). No se necesita el derramamiento de sangre de animales, ni los rituales que se instituyeron en el Antiguo Testamento. El Cordero de Dios que limpia el pecado del mundo lo ha hecho ya.


El humo del incienso con las oraciones de los santos subió a la presencia de Dios, y en ese momento se llenó el incensario de fuego del altar para arrojarlo a la tierra: Dios manda señales y espera que haya arrepentimiento en las naciones, les brinda la oportunidad de volverse a Él.


En el Sinaí Dios se manifestó a su pueblo a través de truenos y relámpagos (Ex. 9:16,17). Este será el final de las manifestaciones de Dios a la humanidad, la que Él con tanto amor creó. Truenos, relámpagos, voces y un terremoto, todo esto terminó con la media hora de silencio. Kittim Silva menciona: “los truenos describen el poder, la presencia y la ira de Dios (Ex. 9:28,29; 19:16,17; Job 26:14; Is. 29:6), los relámpagos los juicios destructivos de Dios (Sal. 18:14) y el alcance del mismo (Sal. 77:18)”. 3

2 Sociedades Bíblicas Unidas. (2002; 2003). Traducción en lenguaje actual; Biblia Traducción en lenguaje actual (Sof 1.7). Sociedade Bíblica do Brasil.

3 Kittim Silva, El Apocalipsis: La revelación de Jesucristo (Barcelona: CLIE, 1989), 103.

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