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Apocalipsis

Apocalípsis

Apocalípsis 12:3-4 “También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; 4y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.”


un gran dragón escarlata, (color rojo encendido). Es un nombre para Satanás que aparece como un dragón, trece veces en Apocalipsis. El color rojo encendido representa el derramamiento de sangre. Jesús llamó al dragón “el diablo” y lo calificó como un “homicida desde el principio” y también “padre de mentira” (Jn. 8:44).

  1. Satanás, significa: “acusador” o “enemigo” (se nombra 35 veces en el AT y 4 veces en el NT) (notas del libro “Apocalipsis” en la Serie Fe y Acción p.144).
  2. Diablo, significa: “calumniador” o “mentiroso” (aparece más de 35 veces en la Biblia).
  3. Isaías 14 y Ezequiel 28 en el AT, usan personajes históricos para describirlo. (En Is 14:12, aparece el nombre “lucero de la mañana”, derivado luego en “Lucifer” y “Luzbel”).
  4. Otros nombres: “príncipe de este mundo” (Jn. 12:31), “dios de este siglo” (2 Co. 4:4), “príncipe de la potestad del aire”, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia (Ef. 2:2); “ángel de luz” (2 Co. 11:14, “adversario” (1 P. 5:8), “león rugiente” (1 P. 5:8).

tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas. La mayoría de los comentaristas coinciden en que este lenguaje figurado describe el dominio de Satanás sobre siete reinos mundanos en el pasado y diez reinos en el futuro (cp Dn. 7:7; 20,24). Los siete reinos mundanos pueden representar los imperios de Egipto, Asiria, Babilonia, Media y Persia, Grecia, Roma y el reino final del anticristo, que está conformado por todos “los reinos” representados por los 10 cuernos, que pudieran ser diez naciones aliadas del anticristo en la tribulación. La Biblia MacArthur p. 1862, interpreta que Satanás dominará el mundo hasta que suene la séptima trompeta mencionada en Ap. 11:15. “Las diademas o coronas en cada una de las cabezas, representan el hecho que Satanás ha controlado hasta ahora, cada uno de estos reinos” (Juan de Dios Castro, en su libro Apocalipsis al Desnudo p.118)


Breve síntesis de la obra del maligno: Desde la creación satanás se apoderó de la tierra, pues en el cielo ya no hubo lugar para él y siempre ha buscado destruir al salvador del mundo. Inició cuando Caín mató a Abel y pensó que ya no había simiente de donde naciera el hijo varón. Sin embargo, nació Set, por lo que engañó a sus descendientes incitándolos a casarse con las hijas de los hombres y de esta manera terminar con la simiente; pero había un hombre recto llamado Noé que Dios protegió en el diluvio, y otra vez el enemigo no salió triunfante. En el tiempo de Abraham, se propuso confundir a Sara y evitar que llegará el hijo varón, más la fe de Abraham hizo posible que Isaac naciera. Llega el momento que se debe continuar la descendencia, y el obstáculo fue la esterilidad de Rebeca, la cual desapareció cuando oró Isaac a Jehová por su mujer y tuvo dos hijos Esaú y Jacob viniendo la descendencia en este último. El dragón no descansaría hasta haber triunfado y parecía haberlo logrado cuando los judíos danzaron ante un becerro de oro en el desierto, lo cual encendió la ira de Dios quién deseó destruirlos, mas Moisés intercedió y Dios tuvo misericordia de ellos y preservó la simiente. A lo largo de la historia de su pueblo, desde que anduvieron en el desierto hasta David el elegido de Dios para que de ahí viniera el Mesías, hubo tretas del engañador el cual puso en la mente de Saúl matar a David; y en varias ocasiones quiso quitarle la vida, mas Dios le preservó. En la descendencia de David vivió la reina Atalía, la cual fue el instrumento que utilizó satanás para que no ocupara el trono el descendiente de David, y creyó que había destruido a toda la descendencia real, sin embargo, Dios se reservó a uno: Joas, que fue cuidado en el templo por el sacerdote Joiada, para que un descendiente de David ocupara el trono.
El dragón siguió atacando a la mujer para devorar al hijo, por lo que envió ejércitos asirios, babilonios, medos y persas, para llevar cautivos a los hijos de Israel. Sin embargo, todo estaba dentro el plan de Dios y ahí se reservó a Esther, para salvar a su pueblo de la exterminación que había orquestado satanás a través de Amán. Por fin en un pesebre nace el Salvador del mundo, unos magos del oriente son los que avisan a Herodes del suceso, quien es el instrumento usado por el dragón para devorar al hijo de Dios e impedir que la obra redentora se cumpliera. Creyó que al crucificarlo en la cruz con su muerte quedaba totalmente destruido el salvador del mundo, pero sucedió lo contrario porque el que perdió la batalla y quedó vencido, fue satanás.


y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Menciona Myer Pearlman, en su reconocida “Teología Bíblica y Sistemática” p. 66: “La carrera del diablo ha sido ciertamente hacia abajo. Fue arrojado del cielo al comienzo; durante la tribulación será arrojado del cielo a la tierra (Ap. 12:9); durante el milenio será puesto en el abismo, preso, y después de mil años, será arrojado en el lago de fuego. (Ap. 20:10). La palabra de Dios nos asegura que el diablo sufrirá una derrota final”.


Existe la común interpretación entre los comentaristas que esa “tercera parte de las estrellas”, representa a un tercio de los ángeles. La palabra estrellas es simbólica, refiriéndose a los ángeles que se plegaron a su rebelión antes de la creación del hombre (2 P. 2:4; Judas 6).


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