Los capítulos 12, 13, 14 y 15 son un paréntesis en la revelación de los juicios que vendrán durante la segunda mitad de la tribulación entre las trompetas y las copas. Al mismo tiempo, un escritor dice que los capítulos 12, 13 y 14 forman una sola profecía enlazada (H. Lockyer en su “Apocalipsis: el drama de los siglos” p.135).

En este capítulo 12, cuatro personajes principales se mencionan: la mujer, el dragón, el hijo y el arcángel Miguel. El escenario se ubica en el cielo y también en la tierra.

En las Sagradas escrituras se hace uso de la figura femenina para representar al pueblo de Israel, Jerusalén, o la iglesia del señor (Is. 54:5,6; Jer. 3: 6-8; 31:32 Ez. 16:32; Os. 2:16). Juan la considera como una gran señal en la cual describe su estado y condición 12:1-2.
La mayoría de los comentaristas consideran que la mujer representa a los fieles de Israel, por medio de los cuales vino el Mesías al mundo (i.e., el niño Jesús vv. 2, 4,5). Esto lo indica no solo el nacimiento del niño, sino también la referencia al sol y a la luna, que evoca la visión de José (Gn 37: 9-11), (B. Holman p.2048) y a las doce estrellas, las que naturalmente se refieren a las doce tribus de Israel. (B. de Est. Pent. p.1872)

una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, la primera imagen alude a la gloria, la dignidad y la posición exaltada de Israel, el pueblo de la promesa que será salvo (Ro. 9:4,5) y recibirá de Dios un reino. La luna debajo de los pies es una posible descripción de pacto que Dios mantuvo con Israel, ya que las nuevas lunas se asociaban con la adoración (1 Cr. 23:31; 2 Cr. 2:4; 8:13; Esd. 3:5; Sal. 81:3) (B. MacArthur p.1862). Kittim Silva menciona que la luna debajo de sus pies representa el dominio, gobierno y autoridad que se le otorgó. ¹
La religión popular ha introducido en el pueblo latino, la imagen de una mujer vestida de sol con una luna en los pies y estrellas en el manto, a la cual le llaman madre de Dios. La Escritura habla de María la madre de Jesús, quién no huyó al desierto, sino a Egipto, dio a luz un hijo varón en la tierra, no en el cielo, y vivió una vida normal hasta su edad mayor en la tierra. La mujer del apocalipsis es perseguida, María no.

Existe otra interpretación eclesiológica en la cual la mujer representa a la iglesia de Cristo. Los escatólogos se basan en Efesios 2:6 diciendo que la iglesia está sentada en lugares celestiales, vestida de sol, dado que la iglesia resplandece en las tinieblas, “y de ti saldrá el sol de justicia" (Mal. 4:2). Sin embargo, Jesucristo no nació de la iglesia, sino que de Él salió la iglesia. La iglesia nació en el pentecostés cuando Jesús ya no se encontraba en la tierra, por lo que la iglesia no puede ser la mujer a la que se refiere esta visión.

¹ Kittim Silva, APOCALIPSIS La revelación de Jesucristo (Barcelona, 1985) p.151.