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Ésta es una explicación más amplia acerca de la comunión que la que se ve en el (v 42) No vivían en la misma casa, cada uno tenía la suya donde asearse, descansar y alimentarse. Pero todos los días se congregaban para orar, aprender las enseñanzas que daban los apóstoles, comer juntos y participar de la Santa Cena. Tenían un concepto de la unidad, que llegaron a vender sus bienes para compartir con los hermanos alimento y quizá ropa, creían que así como el Consolador había llegado pronto, Cristo regresaría muy pronto por su iglesia, y por ello se preparaban constantemente esperando el glorioso día del Señor.
La iglesia primitiva en su efusividad compartió sus bienes con los demás, creyendo que Cristo vendría pronto y ya no iban a necesitar lo que habían reunido en muchos años. Esto empobreció a la iglesia, pues pronto ya no hubo bienes que vender.
Esta práctica ha sido usada como una bandera, por los que apoyan las doctrinas socialistas, que hablan de una sociedad igualitaria. La misma pobreza en que cayó la iglesia de Jerusalén debe ser el mejor argumento en contra. Hubo que levantar ofrenda en otras partes para ayudarlos (Hch 11:29,30). Por otra parte, la iglesia cristiana de todas las épocas ha sido ejemplo de generosidad socorriendo a no creyentes en necesidad, enfermedad y tragedias; y desde luego a los domésticos de la fe (Gal 6:10). Como en todos los casos se debe ser sabio y prudente.
